Un año de contrastes y resistencia
El 2024 fue un año marcado por una gran diversidad de tendencias musicales y desafíos para la industria. Por un lado, la creatividad floreció con nuevos géneros híbridos y la consolidación de artistas independientes. Por otro, la industria se enfrentó a cambios profundos, como la transformación del consumo musical y la lucha por los derechos de los artistas.
A nivel mundial:
Diversidad de géneros: La experimentación musical siguió siendo una constante, con fusiones entre géneros como el pop, el trap, el reggaetón, la electrónica y la música tradicional.
Ascenso de artistas independientes: Las plataformas digitales permitieron a músicos independientes alcanzar audiencias globales sin depender de las grandes discográficas.
Preocupación por los derechos de autor: La lucha por una remuneración justa para los creadores se intensificó, especialmente en el contexto de las plataformas de streaming.
Impacto de la inteligencia artificial: La IA comenzó a tener un papel más relevante en la producción musical, generando tanto entusiasmo como preocupación.
En Argentina:
Resistencia y organización: La escena musical argentina se caracterizó por una fuerte movilización en defensa de los derechos de los artistas y la cultura en general.
Diversidad de estilos: La música popular argentina siguió siendo muy diversa, con representantes de diversos géneros como el folclore, el rock, el trap y el pop.
Desafíos económicos: La situación económica del país impactó en la industria musical, generando dificultades para muchos artistas y productores.
Fortalecimiento de la escena independiente: Los artistas independientes siguieron creciendo y consolidándose, encontrando nuevos espacios para difundir su música.
